Descubre cómo el lobo fino de Guadalupe está luchando contra la extinción
El lobo fino de Guadalupe, una especie en peligro, está colonizando nuevas islas en el Golfo de California, tras un asombroso resurgimiento. Descubre los desafíos y oportunidades para su conservación.
LA PAZ, Baja California Sur.- En las costas de islas del Golfo de California, científicos han observado un inesperado visitante en los últimos años: el lobo fino de Guadalupe (Arctocephalus townsendi), un mamífero marino que ha protagonizado un notable regreso de las puertas de la extinción, desafiando todos los pronósticos.
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Esta criatura, poseedora de un doble pelaje excepcionalmente suave y denso, se convirtió en el blanco de una caza desmedida en los siglos XVIII y XIX, impulsada por la codicia de la industria peletera. La demanda de su piel, valorada precisamente por estas cualidades, diezmó su población, reduciéndola a tan solo unos cientos de individuos a finales del siglo XIX.
La situación llegó a ser tan crítica que en 1897 fue declarada extinta comercialmente, y para la década de 1920, se le creía completamente desaparecida. Su presencia en las cálidas aguas del Golfo de California, conocidas como el ‘acuario del mundo’, ha asombrado a los investigadores.
El hecho de que se encuentren tan lejos de su colonia reproductiva en la Isla Guadalupe, en el Pacífico mexicano, plantea nuevas interrogantes sobre la capacidad de adaptación de esta especie.
¿Cómo ha sobrevivido el lobo fino de Guadalupe?
En 1954, un pequeño grupo de sobrevivientes fue descubierto en Isla Guadalupe, lo que marcó el comienzo de un lento pero constante proceso de recuperación, como resultado de la protección conjunta de México y Estados Unidos.
Gracias a los esfuerzos de conservación, como la declaración de la Isla Guadalupe como Reserva de la Biósfera en 2005 y a la protección del hábitat de esta especie, su población actual se estima en unos 70 mil individuos, una cifra alentadora pero que aún representa alrededor de un 30 por ciento de su tamaño original, previo a su explotación.
La Isla Guadalupe sigue siendo su principal refugio y único sitio de reproducción establecido, albergando a más de 40 mil lobos finos, mientras que el archipiélago de San Benito, al sur de Isla Guadalupe, también en las aguas del Pacífico mexicano, acoge a otros 5 mil como parte de una colonia de expansión en crecimiento.
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La expansión del lobo fino en el Golfo de California'
Lo que ha intrigado a los científicos es la reciente presencia de cientos de lobos finos en el Golfo de California, un área donde no se tenían registros históricos de su presencia.
Por ejemplo, la colonia en el islote Las Ánimas, un Área Natural Protegida ubicada en la parte suroeste del Golfo de California, ha crecido de alrededor de 12 individuos en 2019 a aproximadamente 119 en 2020, y actualmente la cifra rebasa incluso los 1,000 lobos finos, lo que demuestra la notable capacidad de adaptación de esta especie.
Este mar interior, conocido por sus aguas cálidas y su rica biodiversidad, parece ofrecer nuevas oportunidades para esta especie en recuperación.
'La presencia de estos lobos finos en el Golfo de California es un indicador de la recuperación de la población actual”, explica Fernando R. Elorriaga-Verplancken, investigador del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas del Instituto Politécnico Nacional. 'Sugiere que la especie está expandiendo su rango de distribución, lo que debe relacionarse con las condiciones ambientales óptimas en el Golfo de California que están favoreciendo este escenario'.
Los científicos argumentan que estos lobos finos, en su mayoría juveniles y algunos machos jóvenes que aún no han alcanzado la madurez completa, viajan desde Isla Guadalupe buscando nuevos sitios insulares para descansar y alimentarse.
Estos lobos finos jóvenes son los involucrados en los procesos de expansión poblacional, no solo dentro de esta especie, sino también en el caso de otros lobos marinos y lobos finos en otras partes del mundo.
Al ser más aventureros y tener menos vínculos con su colonia de origen, estos jóvenes exploran nuevos territorios y, si encuentran condiciones favorables, pueden establecerse y formar nuevas colonias.
Sin embargo, esta expansión también plantea desafíos. El Golfo de California es significativamente más cálido que las aguas donde tradicionalmente habita el lobo fino de Guadalupe en el Pacífico, con temperaturas del aire hasta 7°C más elevadas, lo que pone a prueba su capacidad de adaptación.
Además, la competencia por los recursos con otras especies de mamíferos marinos, como el lobo marino de California, la posible interacción con la pesca, incluyendo la muerte incidental por redes de pesca, y el efecto del turismo, como el estrés causado por la presencia cercana de embarcaciones, son factores a considerar.
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Los bigotes, un diario de vida de los lobos finos
Para comprender mejor los hábitos alimentarios y los movimientos de estos lobos finos, los científicos han recurrido a una herramienta inusual: sus bigotes. A través del análisis de los elementos químicos de los bigotes, denominados isótopos estables, es posible inferir qué han comido estos lobos finos y los lugares potenciales que han visitado a lo largo de periodos en una escala de años, como si se tratara de un diario de vida, explica Elorriaga-Verplancken.
“Esta información química a lo largo de diferentes segmentos de los bigotes nos permite saber qué tipo de presa consumieron, por ejemplo, en términos de su nivel en la cadena trófica o bien el tipo de áreas donde lo llevaron a cabo, gracias a características regionales distintivas derivadas de su productividad primaria. Este conocimiento es relevante para conocer el uso de hábitat y la dispersión potencial alrededor de las áreas naturales protegidas donde se distribuye el lobo fino de Guadalupe”
Desafíos en la conservación del lobo fino de Guadalupe
El regreso del lobo fino de Guadalupe al Golfo de California, si bien es un testimonio de su capacidad de adaptación y resiliencia, también nos recuerda la fragilidad de su existencia y la importancia de proteger nuestros océanos y sus habitantes.
A pesar de su recuperación, esta especie aún enfrenta amenazas, como la contaminación marina, interacción con pesquerías, la introducción de especies exóticas a su hábitat y especialmente eventos climáticos extremos, como El Niño, los cuales pueden afectar la disponibilidad de sus presas.
'El futuro del lobo fino de Guadalupe depende de modo importante de programas de conservación adecuados que estén enfocados no solo en la protección de esta especie sino también de hábitats donde se distribuye', advierte Elorriaga-Verplancken. 'Esta es una tarea que requiere de la construcción de conocimiento sólido en torno a sus tendencias poblacionales actuales y de su ecología”.
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La historia del lobo fino de Guadalupe es un capítulo en el desarrollo de la vida en nuestro planeta. Su expansión al Golfo de California es un claro ejemplo de cómo la naturaleza siempre nos sorprende y que, con esfuerzo y dedicación, podemos ayudar a preservar estos tesoros naturales que nos rodean.