Chavana opina sobre Marilyn Cote, la doctora sin título que se hizo viral
Ernesto Chavana opina sobre supuesta doctora en redes sociales: una historia de mentiras y engaños
MONTERREY, Nuevo León.- Ernesto Chavana, en una reciente colaboración para POSTA Opinión, presentó la historia de una mujer identificada como “Marilyn Cote”, quien, según el conductor, ha estado engañando a miles de seguidores en redes sociales al promover una identidad falsa y autoproclamarse como experta en varias disciplinas médicas, psiquiátricas y legales. Esta polémica figura, originaria de Puebla, se hace pasar por doctora en psicología y neuropsiquiatría, pero su verdadero título es en Derecho, según lo investigado.
De acuerdo con la investigación expuesta por Chavana, Marilyn Cote afirma haber estudiado en instituciones de prestigio como la Universidad de Cuántico en Virginia y el Centro de Desórdenes Mentales en la Universidad de Oslo, Noruega. Incluso asegura que trabajó en el FBI y que ha recibido premios ficticios, presuntamente fabricados para reforzar su imagen como “experta en conducta criminal” y “especialista en salud mental”. Chavana enfatizó que la mujer cuenta con una serie de trofeos y certificados aparentemente comprados, con los que busca validar sus afirmaciones en sus redes sociales.
La situación se torna preocupante cuando Chavana señala que esta “doctora” ha estado recetando medicamentos controlados a personas que buscan ayuda para la ansiedad y otros problemas emocionales. El conductor advirtió sobre el peligro de que alguien sin formación médica esté prescribiendo tratamientos psiquiátricos, lo que podría representar un riesgo grave para la salud de sus seguidores. Además, Chavana hizo un llamado a las autoridades sanitarias, como Cofepris, para que investiguen el caso, ya que la distribución de medicamentos sin licencia es ilegal y representa un problema de salud pública.
Chavana también destacó que Marilyn Cote ha respondido a quienes critican su credibilidad con amenazas de acciones legales, afirmando tener órdenes de aprehensión contra quienes “hablan mal” de su persona y cuestionan sus prácticas. Sin embargo, hasta ahora no existen pruebas de que dichas acciones legales tengan validez. Esta táctica, según Chavana, es parte de su estrategia para silenciar las denuncias sobre sus falsificaciones y evitar que más personas cuestionen sus credenciales.
Finalmente, Chavana invitó a sus lectores a reflexionar sobre la credulidad con la que muchos usuarios aceptan la información en redes sociales. “No nos creamos todo lo que aparece en la red social; nos están haciendo piquetes de ojos, y lamentablemente, las mentiras se compran más que las verdades”, expresó, señalando la necesidad de cuestionar y verificar la autenticidad de quienes ofrecen servicios profesionales en línea sin pruebas contundentes de su capacitación y experiencia.
Con este caso, Chavana subraya el riesgo de confiar ciegamente en personas que, desde plataformas digitales, construyen personajes ficticios con fines comerciales o personales y exigen mayor regulación y responsabilidad por parte de las autoridades y los propios usuarios de redes sociales.