María Elena Ríos, sobreviviente de ataque con ácido, visita La Paz para promover la Ley Malena
La activista y sobreviviente comparte su experiencia en La Paz para visibilizar la violencia hacia las mujeres.
LA PAZ, Baja California Sur.- María Elena Ríos, saxofonista mexicana y activista en contra de la violencia hacia las mujeres, llegó a La Paz con el propósito de promover la Ley Malena, una iniciativa que busca darles justicia a las víctimas de ataque con acido.
La ley lleva su nombre debido al intento de feminicidio que vivió, el cual la motivó a luchar por los derechos de las mujeres y visibilizar este problema.
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¿Qué hace en La Paz María Elena Ríos?
La activista estuvo en La Paz para promover la ley que lleva su nombre y durante su visita participó en la conferencia “Ley Malena, por un México sin violencia hacia las mujeres”, organizada por el Poder Judicial de Baja California Sur.
En este evento, en el que estuvo acompañada por la presidenta municipal de La Paz, Milena Quiroga Romero, compartió su experiencia personal para visibilizar la violencia de género y motivar a la sociedad a no tolerar ni normalizar este tipo de agresiones.
¿De qué trata la Ley Malena?
La ley está diseñada para sancionar los ataques con ácido, sustancias químicas y otras sustancias corrosivas. Esta ley busca proteger principalmente a mujeres, adolescentes, niñas, niños, personas transgénero y con discapacidad, quienes son los grupos más vulnerables a este tipo de agresiones.
Establece que los ataques con ácido serán considerados tentativa de feminicidio si causan daños graves y permanentes a la víctima, y las penas para este delito varían de 25 a 40 años de prisión. Además, ordena a la Secretaría de Salud llevar un registro oficial de las personas que reciban atención médica debido a este tipo de violencia.
¿Cómo ocurrió el ataque con ácido de María Elena Ríos?
El 9 de septiembre de 2019, la saxofonista fue víctima de un ataque con ácido, llevado a cabo por personas cercanas a su expareja. El agresor intelectual, Juan Antonio Vera Carrizal, empresario y exdiputado del PRI en Oaxaca, orquestó el ataque después de que su hijo, Juan Antonio Vera Hernández, terminara su relación con la saxofonista.
Esta agresión, que pretendía ser un feminicidio, dejó a Ríos con graves heridas en su rostro, cuello y parte del cuerpo, pero ella logró sobrevivir y comenzó una ardua lucha por la justicia.
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María Elena denunció públicamente que el proceso judicial había estado plagado de obstáculos debido a la influencia política de los agresores, lo que retrasó la búsqueda de justicia y la captura de los responsables.
Durante años, Vera Carrizal presentó recursos legales para evitar ser encarcelado, hasta que en 2020 finalmente se entregó a las autoridades. Sin embargo, su hijo, Juan Antonio Vera Hernández, sigue prófugo, y las autoridades han emitido una ficha de búsqueda con recompensa por su captura.
¿Qué significa la revocación de la sentencia?
Recientemente, María Elena celebró un avance importante en su caso. La jueza María Antonia Esteva Domínguez revocó la sentencia que había absuelto a Vera Carrizal del cargo de feminicidio en grado de tentativa.
Esta decisión fue un rayo de esperanza no solo para Ríos, sino también para otras mujeres y víctimas de violencia, quienes han enfrentado la impunidad en casos similares. La saxofonista expresó que este fallo le daba 'esperanza' y confiaba en que sería un paso para visibilizar y erradicar la violencia de género en el país.
¿Cómo la violencia contra las mujeres afecta a la comunidad?
Durante la conferencia, Milena Quiroga hizo un llamado a los jóvenes para que fomenten la convivencia sana y el respeto en todos los lugares, desde la escuela hasta el hogar.
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Dijo que no se debe permitir la violencia en ninguna forma, ya sea física o emocional, y que todos tienen el poder de hacer la diferencia al no tolerar ni justificar estos actos, y alentar a otros a denunciar.
También habló sobre la importancia de cambiar la forma de pensar de las personas y enseñar el respeto desde pequeños. Dijo que antes las agresiones contra mujeres no se denunciaban, por lo que no se registraban oficialmente.
